¡MENTIRA DEL DIABLO!
Hola, mi nombre es Aneury Vargas Ramírez. Soy hijo
de un alcohólico. Crecí en un hogar roto donde mi padre hacía las funciones de
papá y mamá. El alcohol, los juegos de azar, las drogas, la delincuencia, la
violencia y la inmoralidad sexual se veían y se respiraban a diario en los
barrios donde me crié. Mucha de la gente más cercana a mi corazón eran esclavas
de alguna o varias de esas maldiciones.
Según algunas teorías de la sicología y la
sociología, el destino de las personas está determinado por su historial
familiar, la genética, el entorno de la crianza, los traumas de la niñez, o a
una combinación de estos factores. Bueno, por experiencia personal y por lo que
he visto en muchas personas, puedo asegurarles que estos elementos realmente tienen
una influencia tremenda en la vida de la gente.
Pero tengo una verdad que compartir contigo. Para
algunos será una buenas noticia y para otros será mala: No eres un prisionero ni
de tus genes, ni de tu entorno ni de tu pasado. Mucho menos del destino. Bueno,
sí eres un prisionero, pero tienes las llaves de tu propia celda. Las llaves no
radican en tu fuerza de voluntad o en tu disciplina personal. No. La clave
para escapar está en comprender lo que ocurrió en la primera Semana Santa.
¿Para
quiénes es mala noticia esta verdad? Para los millones de hombres y mujeres que
están encadenados y que disfrutan sus cadenas. A veces dan la impresión de que
desean ser libres, pero cuando uno los escucha alegar que no pueden escapar
porque lo que hacen es el resultado inevitable de sus genes, las experiencias
de su niñez o el ambiente en el que crecieron, uno se pregunta si sus deseos de
ser libres son sinceros. Sin dejar de reconocer la influencia tremenda de estos
factores puedo gritar a todo pulmón: ¡MENTIRA DEL DIABLO! ¡NO TIENES POR
QUÉ SER UN PRISIONERO ETERNO!
El
grupo para quienes la primera Semana Santa es una buena noticia está compuesto
por aquellos que también están luchando y realmente desean escapar de la adicción
a los juegos de azar, las drogas, el alcohol, o la pornografía; los que tienen
su identidad sexual distorsionada; o aquellos que tienen una fuerte tendencia a
mentir, robar, ser violentos o abusar físicamente de su pareja o sus hijos. Hay
esperanza para quienes reconocen su necesidad de escaparse de estas prisiones,
sin importar cuál sea su trasfondo:
En
primer lugar, necesitamos comprender que el primer Viernes Santo, la sangre de
Jesucristo fue «derramada por muchos para el perdón
de los pecados» (Mateo 26:28). Por esto el Salvador fue llamado «el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Él también tiene el poder y el
deseo de quitar el pecado de tu vida, cualquiera sea tu trasfondo. Estas son
unas noticias maravillosos porque la sangre derramada el primer Viernes Santo borra
nuestros pecados.
El Sábado Santo, nuestro Señor reposó,
así como lo hizo al final de la Creación. Pero la muerte y la tumba, que habían
hecho prisionero al Salvador, no pudieron retenerlo. Al tercer día, el Señor
resucitó de los muertos. Así como lo ocurrido el Viernes Santo nos trajo perdón
por nuestros pecados pasados, lo acontecido el Domingo de Resurrección nos da
victoria sobre nuestros pecados. Es un símbolo y una garantía de que no hay
nada ni nadie que pueda mantenernos esclavos para siempre. En Cristo Jesús,
podemos alcanzar la libertad y la victoria.
El Apóstol Pedro, que también tuvo
la experiencia de encontrar una vida nueva, exclamó: «¡Alabado
sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha
hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para
que tengamos una esperanza viva» (1 Pedro 1:3).
Hace
muchos años yo también encontré esa esperanza viva en
mi Señor. En
este día te invito a rechazar la mentira del diablo y aceptar hoy el perdón y
la victoria que Cristo obtuvo para ti en la primera Semana Santa.
Dios
te bendiga.
Aneury Vargas
Aneury Vargas
18
de abril de 2019
Comments
Post a Comment