¿DÓNDE ESTÁ MI PAPÁ?
Han pasado ya casi tres
años y medio desde aquella llamada telefónica.
El viernes 31 de mayo de 2013 cerca de las 4 de la tarde mi hermano
menor me llamó para informarme de la muerte de mi viejo. El cáncer lo había postrado por casi un año
mientras mi abnegada hermana mayor cuidaba de él. Sabíamos que su partida
llegaría en cualquier momento.
Yo pensaba que estaba
preparado, pero aquella llamada me hizo darme cuenta de que estaba equivocado.
Parece que nunca se está listo para perder a alguien a quien uno ama demasiado.
He pensado mucho en él. Lo extraño con todo mi corazón. A veces quisiera poder
hablar con él, poder verlo, poder visitarlo. Pero ¿Dónde está ahora? ¿Por qué
no puedo comunicarme con él?
Las preguntas sobre la
muerte se responden de diferentes maneras según el trasfondo filosófico o
religioso de quien responde. Estas son,
de manera simplificada y generalizada, las concepciones más difundidas en el
mundo occidental:
·
Filosofía materialista: No hay diferencia entre seres humanos y animales. Solo
son materia. La muerte significa el fin definitivo de la existencia.
·
Religiones orientales: Al morir las personas transmigran o se reencarnan en
otra forma de existencia: vegetal, animal, otro ser un humano, o una deidad.
·
Cristianismo tradicional: El ser humano posee un alma inmortal. Según sus méritos,
al momento de la muerte ésta pasa de inmediato al cielo, al infierno o al purgatorio.
· Agnosticismo: Nadie sabe qué pasa exactamente con los muertos. No hay
manera de saberlo. Quienes pretender
tener la respuesta son arrogantes o supersticiosos.
Finalmente están esas personas muy bien intencionadas que dicen que las
doctrinas carecen de importancia. No
importa lo que uno crea al respeto. Cada
quien puede tener la opinión que desee sobre la muerte y sobre Dios pues lo
único importante es que seamos buenas personas.
Reconozco que estas opiniones son atractivas para millones de personas por
razones emocionales, culturales, o filosóficas. Es mi opinión, sin embargo, que
la veracidad de una enseñanza no se determina ni por el número de personas que
la sostenga ni por el rango académico o religioso de sus defensores. La Biblia no guarda silencio sobre este tema. Permíteme
resumir algunas de las enseñanzas bíblicas que considero más oportunas para
esta reflexión:
1. Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza a partir del polvo de la
tierra y luego infundió en él aliento de vida (espíritu). La unión de estos
elementos (cuerpo + espíritu) resultó en un alma viviente (Génesis 1:27; 2:7).
2. La muerte es el proceso inverso a la creación del ser humano. El cuerpo
vuelve al polvo y el aliento de vida regresa a Dios. La muerte es un estado totalmente
inconsciente (Salmos 6:5; 30:9; 115: 17; 146:4; Eclesiastés 3: 19-20; 9:5-6;
12:7; Isaías 38:18-19).
3. La esperanza de los cristianos en tiempos bíblicos era la resurrección, no
la entrada al cielo al morir (Job 19:25; Lucas 20: 37-38; Juan 6: 39-40; 1
Corintios 15:17-18; 1 Tesalonicenses 4:13-18).
4. La recompensa de vida eterna o de perdición eterna no se recibe en el
momento de la muerte, sino cuando Cristo regrese (Mateo 16:27; Isaías 40:10; 2
Timoteo 4:8).
Unos tres meses antes de la muerte de Papi, él había tomado la decisión de
aceptar el perdón de Dios y poner su fe en el Señor Jesucristo. Enterarme de
eso fue de una de las mejores noticias que he recibido en mi vida.
Si alguien me preguntara «¿Dónde está tu papá?», yo respondería que está durmiendo en Jesús hasta que llegue el día
glorioso de la resurrección cuando:«Enjugará Dios toda
lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni
clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron» (Apocalipsis 21:4).
Esta es mi esperanza. ¿Cuál es la tuya?
Aneury Vargas,
Silang, Cavite, Filipinas
2 de noviembre de 2016.
NOTA: Algunos textos bíblicos fuera de contexto parecieran apoyar algunas
creencias tradicionales, pero todo estudiante serio de las Escrituras conoce el
principio que nos pide estudiar los pasajes aislados a la luz del contexto
general de la Biblia. Si te interesa comprender mejor este tema, por favor escríbeme
a: aneuryvargas@aiias.edu.
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