LAS CREDENCIALES DEL DOLOR
Akim Zhigankov tenía 23 años cuando murió hace unas 6 semanas. Era el hijo de uno de mis profesores aquí en el Seminario Teológico de AIIAS. Akim era un joven saludable, altruista y comprometido con Dios. Mientras trabajaba en la construcción de un sanatorio de medicina natural en una de las islas de Filipinas contrajo una enfermedad misteriosa que los médicos no pudieron identificar ni controlar. Durante los varios días que estuvo en cuidados intensivos, miles de personas alrededor del mundo estuvieron orando fervientemente por la recuperación de Akim. Sus padres quedaron destrozados al verlo morir. Todo nuestro campus estuvo sumido en una tristeza profunda. No recuerdo haber asistido a un funeral tan conmovedor. Poco después de la muerte de Akim los líderes de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día enviaron una terapeuta desde Estados Unidos para asistir a la familia Zhigankov y a toda la comunidad universitaria de AIIAS. Mi primera reacción al enterarme de ...