NO TE QUEDES DEL MISMO TAMAÑO
NO TE QUEDES DEL
MISMO TAMAÑO
Le presento a Yan Parra, un viejo amigo que conocí cuando
el mundo era más joven. Teníamos unos 15 años cuando inició nuestra amistad. En
ese tiempo soñábamos con conquistar el mundo, pero hoy tenemos metas más
modestas y realistas: evitar que nuestras esposas e hijos nos gobiernen (por lo
menos no en público).
¿Te acuerdas de la definición de seres vivos que nos
enseñaron cuando éramos niños? «Los seres vivos
se caracterizan porque nacen, crecen, se reproducen y mueren». Me parece que no tenemos ningún control sobre
nuestro nacimiento y muy poco control sobre el final de la vida. Tenemos un poco más de influencia sobre el
crecimiento y la reproducción.
Mi amigo Yan y yo hemos crecido
(sobretodo horizontalmente). Con el tiempo encontramos dos buenas mujeres que
nos hicieron caso. Luego nos hemos
reproducido (muchos de ustedes conocen a la preciosa Valeria, al gran Abdiel y
a la encantadora Cindy). No nos hemos quedado del mismo tamaño.
Yan y yo hemos crecido y nos hemos
reproducido, pero ¿Sabes qué nos diferencia de los demás seres vivos (plantas y
animales)? Su crecimiento y reproducción se limitan a la dimensión biológica de
la vida. Nosotros podemos experimentar crecimiento emocional, intelectual y
espiritual ilimitadamente. Durante
este año que está a punto de terminar ¿Se limitó tu crecimiento al aspecto
físico, o has creciendo en tu relación con los demás y con tu Creador?
Fuera del aspecto biológico, los
seres humanos nos reproducimos cuando influimos sobre los demás para ayudarlos
a crecer. Las personas egoístas e
inmaduras no disfrutan este privilegio. Temen que compartir su conocimiento o
ayudar a otros a desarrollarse aumente la cantidad de competidores. Pero las personas realmente grandes se
enorgullecen de ver a un hijo, un amigo, un alumno crecer por encima de ellos
mismos ¿Cuánto de tu tiempo, energía y recursos usaste durante este año para
contribuir con el crecimiento de otros? ¿Tienes algún plan para que el 2015 sea
diferente en ese sentido?
Para muchos, crecimiento es sinónimo
de éxito en la vida profesional y financiera. Crecer es escalar en la escalera
organizacional de la empresa. No creo que haya nada intrínsecamente malo en ese
tipo de “crecimiento”, pero comparto la advertencia que al respecto hizo Stephen
Covey cuando dijo que:
«A menudo las personas se encuentran
logrando victorias vacías, éxitos conseguidos a expensas de cosas que
súbitamente se comprende que son mucho más valiosas. Personas pertenecientes a
todos los trabajos (médicos, académicos, actores, políticos, ejecutivos,
atletas y fontaneros) a menudo luchan por lograr ingresos más altos, más
reconocimiento, o un cierto grado de competencia profesional, sólo para
descubrir que su ansiedad por alcanzar la meta les ha privado de cosas que realmente
importan que han quedado fuera de sus posibilidades» (S.R. Covey, Los 7 hábitos de a gente altamente efectiva,
p. 113).
Como ves, no se trata de escoger entre un crecimiento
y otro, sino de establecer las prioridades con sabiduría. Sencillamente hay
asuntos que son MUCHO más importantes que otros. Antes de hacer planes para el
2015, te invito a reflexionar detenidamente sobre tu vida durante el 2014. Pon tus prioridades en orden. Cualesquiera que sean tus metas recuerda la
sensatez que hay en priorizar tu relación con Dios y con tus seres queridos. Quiero terminar esta
reflexión con las mismas palabras con que el Apóstol Pedro terminó una carta
que escribió a sus amigos cristianos hace más de dos mil años:
«Más
bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén». (2 Pedro 2:3:18).
Aneury Vargas,
Silang, Cavite, Filipinas
27 de diciembre de 2014
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