NO CONFUNDAS AEROPUERTO CON DESTINO FINAL
Todo ocurrió el lunes 31 de agosto de 2009. Era nuestro primer viaje largo como familia. Nuestro viaje de Santo Domingo a El Cairo se tomaría casi un día completo. Nuestro primogénito Abdiel tenía 4 años y Cindy acaba de cumplir 2 años. Después de 8 horas de vuelo, hicimos escala en suelo europeo. A causa de los preparativos del viaje, lo largo del vuelo y el cambio de horario, mi esposa y yo llegamos a Madrid agotados y con mucho sueño. Los niños (que habían dormido todo el vuelo) estaban muy despiertos y activos. La escala resultó más estresante de lo planeado. Tendríamos que esperar 10 horas por el vuelo que nos llevaría a Egipto. El aeropuerto de Barajas (Madrid) no me pareció nada amigable. Todo era extremadamente caro, los empleados se mostraban poco amigables y para colmo los asientos parecían estar diseñados para evitar las “pavitas”. Todo era una mezcla de estrés, agotamiento y sueño. Las primeras horas fueron terribles hasta que ocurrió un milagr...